Luis Molina-Pantin 1969
La propuesta visual que ha desarrollado Luis Molina-Pantin durante las últimas tres
décadas, proviene de la realidad contenida en un amplio universo de objetos, paisajes,
arquitecturas, archivos y entornos públicos y privados, relacionados con la cultura
popular.
La propuesta visual que ha desarrollado Luis Molina-Pantin durante las últimas tres
décadas, proviene de la realidad contenida en un amplio universo de objetos, paisajes,
arquitecturas, archivos y entornos públicos y privados, relacionados con la cultura
popular. Cada una de sus series fotográficas revela las estrategias de representación
que lo separan del argumento documental moderno, a partir del distanciamiento
consciente del objeto de estudio, simbolizado por los iconos del regionalismo. Como
testigos del tiempo, ellos precipitan un acertado sarcasmo, al desplazar la estética
readymade hacia la configuración de nuevas cartografías del paisaje globalizado. A
modo de arqueólogo urbano y etnógrafo de la contemporaneidad, Molina-Pantin
adopta la función del observador acucioso, explora los fenómenos culturales en
determinados contextos y colecciona imágenes alejadas de toda intención didáctica o
expresión anecdótica, que se sitúan entre el registro directo y el pictorialismo
idealizado. Sus fotografías sintetizan el encuentro de múltiples categorías de la
experiencia semántica visual, filtrada por las tipologías con las que construye
metódicamente las series: desde las diversas realidades sociales recreadas en los
escenarios de un estudio televisivo en Inmobilia (1997) hasta el arriesgado registro de
la estética narco en Estudio informal de la arquitectura híbrida (2004- 2005), o en
Paisajes de la banca perdida (2007-2014). Galerías de Chelsea, señala la investigadora
Julieta González, “reflejan la fascinación del artista por una modernidad austera, bien
diseñada, eficaz, y corporativa, muy distinta al modernismo tropical de América Latina,
asidero de fantasías de ‘orden y progreso’ devenidas más bien en ‘desorden y
regreso’". Sobre estas imágenes, comenta, “las líneas austeras, la serialidad y
repetición de los estantes y los archivos de estas galerías, algunas de ellas entre las
más poderosas en el mundo del arte, parecen hablar de la ética del trabajo puritana
del norteamericano que resultó en una modernidad muy distinta a la nuestra".
Entre sus exposiciones individuales más recientes se cuentan: Everything Must Go!,
Henrique Faría, Nueva York en 2021; El Apartamento de Osmel Sousa, FOLA Fototeca
Latinoamericana, Buenos Aires, en 2019; Jardín vertical y otros infiltrados,
Colección Mercantil, Espacio Mercantil, Caracas e Inmobilia, Henrique Faría/Miami
Biennale, Miami, en 2018. Estudio informal de la arquitectura híbrida vol. 1 -La narco-
arquitectura y sus contribuciones a la comunidad, Cali-Bogotá, Colombia, Sala
Mendoza, Caracas, en 2007. Forma parte de numerosas colecciones, entre ellas:
The Museum of Modern Art, New York, Blanton Museum of Art at University of Texas,
Austin, Museum of Fine Arts, Houston, Patricia Phelps de Cisneros Collection, New
York Fundación Banco Mercantil, Caracas; y los museos nacionales.