Sigfredo Chacón Venezuela, 1950

Resumen
La obra de Sigfrido Chacón. se caracteriza por coloridos planos y altos contrastes, probablemente relacionados con su interés en el diseño gráfico.

Nace en Caracas en 1950
Artista Plástico. En 1974-1975, estudia en London College of Printing, Londres, Aprueba el curso de Certificado en Diseño Tipográfico Avanzado CATD, Tutor Peter Rea. Del 1972 al 1973, estudia en Chelsea School of Art, Londres, Curso especial de Diseño Gráfico, Tutor Edward Wright. Del 1966 a 1970, estudia en el Instituto de Diseño de la Fundación Neumann-Ince, Caracas, Se gradúa como Diseñador Gráfico. 1963-1966, estudia en la Escuela de Artes Plásticas y Artes Aplicadas Cristóbal Rojas, Caracas

 

Born in Caracas in 1950
Fine Artist. In 1974-1975, studied at London College of Printing, London, passed the CATD Certificate course in Advanced Typographic Design, Tutor Peter Rea. From 1972 to 1973, studies at Chelsea School of Art, London, Special Course in Graphic Design, Tutor Edward Wright. 1966-1970, studies at the Instituto de Diseño de la Fundación Neumann-Ince, Caracas, graduates as Graphic Designer. 1963-1966, studies at the Escuela de Artes Plásticas y Artes Aplicadas Cristóbal Rojas, Caracas.

Obras
Biografía

Pintor y diseñador. Estudia arte puro en la Escuela Cristóbal Rojas (1963-1966), de la que se retira por desacuerdos con los principios de enseñanza que predominaban en esa institución. Entre 1966 y 1970 realiza estudios en el Instituto Neumann, de donde egresa como diseñador gráfico. Aun antes de graduarse exhibió en forma individual en la Galería Gamma (Caracas, 1966), y, colectivamente, en el Salón Círculo Pez Dorado (1965), el Salón de la Joven Pintura (UCV, 1965), el II Festival del Zapato Roto (1965), la Galería Espiral (Escuela Cristóbal Rojas, 1966), la Galería El Muro (Caracas, 1968), Galería Estudio Actual (Caracas, 1969) y el XXVIII Salón Arturo Michelena (1970). En 1971, en compañía de Ibrahim Nebreda y Willian Stone, desarrolla la instalación denominada El autobús, prematuro evento en que delataba sus aspiraciones vanguardistas, colocando un viejo autobús como centro de una experiencia estética en la que se mezclaba toda suerte de materiales, además de un estruendoso radiorreceptor para proporcionar y delatar una atmósfera de la brutal realidad que por esos años empezaba a revelar el creciente desarrollo del país. A estos acontecimientos se suma su participación en el I y II Salón Nacional de Jóvenes Artistas (1971 y 1972). Entre 1972 y 1973 realiza el curso especial de diseño gráfico en el Chelsea School of Art de Londres, y, entre 1974 y 1975, estudia diseño tipográfico en el London College of Printing. A su llegada al país en 1975, se encarga de la ejecución de todo el aspecto gráfico para el III FITC. En 1976 es designado por el MBA como responsable de su departamento de diseño y, al año siguiente, ingresa como profesor en el Instituto Neumann. En ese mismo año forma parte, con Santiago Pol, Gerd Leufert, Álvaro Sotillo y Nedo M.F., del equipo que realiza todas las estampillas emitidas en el país. Entre 1972 y 1989, salvo por la aplicación en el dibujo de una estética conceptual en donde juega con problemas de percepción y que exhibió en "Actualidad del dibujo en Venezuela" (Sala CANTV, 1976) y en la USB (1984), Sigfredo Chacón detiene su actividad expositiva dedicándose por entero al diseño gráfico. Por esta época su notoriedad lo lleva a ubicarse entre los mejores diseñadores gráficos del país.


A partir de la segunda mitad de los ochenta, en el momento en que se da la llamada "ruptura estética de la vanguardia venezolana" y que Milagros Bello califica de "década heteróclita [...] que mezcla lo pictórico y lo extrapictórico, de replanteamiento y préstamos de los programáticos de las vanguardias" (1991, p. 32), Sigfredo Chacón prepara una serie de dibujos y pinturas (realizadas de 1984 a 1987) que exhibe en la Sala RG en 1989: 25 trabajos sobre papel en mediano formato y 25 trabajos sobre tela en gran formato utilizando materiales no convencionales, como el esmalte industrial y el asfalto combinados con la encáustica, el pastel y el acrílico, hablan de la importancia que representa la exaltación del material por parte del artista. En estos trabajos, Chacón traza y demarca una línea enérgica que delimita y a la vez rebasa el plano; esta línea no permanece sola, sino que es cruzada, difuminada, intervenida y hasta transparentada por la adición de diversos matices en donde se nota la preferencia por una amplia escala de grises, que naciendo del fondo pasan a ocupar un primer plano. La línea, como un gesto radical, se define pura, simple y primaria en consonancia con los procedimientos de diseñador gráfico. Como señala Lourdes Blanco, "Chacón comienza a trabajar en esta técnica que combina la encáustica con efectos de aguadas y saturaciones sin prescindir de la línea de valor tonal que le permite el pastel y el carboncillo" (1989, p. 30). Estos planteamientos son extremados en sus posibilidades durante su segunda exposición en la Sala RG en 1990. En el catálogo de la exposición, Vicente Lecuna manifiesta: "Chacón propone un mapa; cartografía que asume escasos rudimentos para su representación: planos y líneas, herramientas más que maquinarias, metodologías más que resultados, materiales más que construcciones. La noción de tiempo, de las marcas que éste deja en el espacio y de las pistas que abandona —esas huellas que a la vez son evidencia y ficción— es, entonces, notable recurrencia en estas telas. El mismo hecho de que algunos paneles estén dispuestos a manera de series —dípticos, trípticos o polípticos— revela un procedimiento donde la idea de secuencia, a la manera cinematográfica, reafirma una estética de lo temporal [...]. Los paneles, además, son autónomos; pero al estar unidos en series funcionan de manera dependiente, lo cual produce una lectura distinta a la que obtendríamos de cada panel por separado". Por todo lo anterior se podría decir que estas exposiciones representan un hito en su segunda etapa, lo cual también se observó en la exposición colectiva "Nueva pintura abstracta: ocho planteamientos" (Sala RG, 1990) y en el Salón de Pintura 50 Aniversario del BCV (1990), donde recibe el gran premio de pintura. Durante los primeros años de la década de los noventa algunas de sus propuestas serán el espacio como elemento, la nada como forma y el espacio como concepto visual que no se eterniza en un estilo, sino que se metamorfosea constantemente profundizando en sus posibilidades. Eugenio Espinoza, al comentar sus trabajos de ese período, aclara que "Chacón progresivamente ha desarrollado una pintura, de carácter minimalista, casi monocroma, y aislada rigurosamente dentro de una estructura racional, sin tener motivos ni una razón de qué pintar, sino haciendo cada vez del cuadro una superficie plana que se repite a sí misma con absoluta indiferencia para luego trascender buscando una posible secuencia o instalación dentro de un espacio dado. El carácter expresivo de su obra está en la acumulación de capas pictóricas que evidencian su proceso de construcción" (1991).


En su exposición individual efectuada en el Mujabo (1995), Sigfredo Chacón presenta una serie de obras en gran formato y "artefactos" que usan como referencia trabajos en papel, a manera de bocetos, desarrollados durante su estadía en Londres, modificados y adaptados luego en 1993 con el título Pinturas parlantes, que son el motivo de una gran instalación. En Pinturas parlantes, cinco series de grandes formatos o paneles reciben las palabras amarillo, azul, rojo, blanco y negro aplicadas como altos relieves. En cada serie de cinco polípticos, eventualmente, el color y la palabra se identifican entre sí. En el conjunto Bandejas parlantes usa un formato menor y horizontal, donde se aplica el principio de la serialidad. El artista se aboca entonces a reflejar en forma a veces incoherente la relación materia-palabra, enfrentando en cada módulo dos colores con dos palabras que pueden no identificarse y que provocan un orden especial. Por otro lado, Bandejas metálicas es un conjunto de contenedores de los usados para pintar con rodillo, colocados uno al lado del otro y "chorreados" por los colores primarios, el blanco, el negro y otras combinaciones de éstos, en donde resalta la textura, la materia y el brillo. Por último, en la serie Dibujos parlantes se confronta con el plan estructurador de la instalación, las ideas, planteamientos y situaciones expresadas como bocetos en 1974. La presencia de lo táctil y el tratamiento de las superficies, la estructura por momentos contradictoria del código, el efecto de confusión, la imagen que disocia y el espacio que desborda los límites del formato son parámetros que llevan al observador a dar forma final al trabajo expuesto. Es ineludible la vena del diseñador experimentado como aporte en la pintura de Sigfredo Chacón.

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