La exposición “Relatos cómplices” incluye además un conjunto de obras realizadas a cuatro manos por Liliana Porter y Ana Tiscornia, donde dialogan los discursos de cada una de las creadoras, en un proceso de colaboración desarrollado desde el taller que comparten y el arte público creado en asociación. “Un trabajo en el cual la conciencia del impulso colaborativo plantea otras interrogantes y aporta inéditos relatos, dando paso a otra narrativa independiente”, afirma Ruth Auerbach.
En estas obras, las pequeñas figuras y juguetes de expresivos rasgos que identifican la propuesta de Liliana, intervienen con su mínima presencia las frágiles estructuras o destrucciones de Ana, en una yuxtaposición de ideas que se complementan o se contradicen. De acuerdo a la curadora, el espacio de representación de Ana, proveniente del lenguaje arquitectónico, se presenta aquí como un espacio real y específico interrumpido por el advenimiento de la catástrofe, mientras que el de Liliana señala un entorno amplio y etéreo en el cual las figuras se aíslan y descontextualizan. “El espacio se revierte en un escenario si se quiere ficcional, en el que las figuras nuevamente requieren de un argumento dramático para narrar una nueva historia”.