Actualmente, la artista plástico está exponiendo parte de su obra en Beatriz Gil Galerías, en Las Mercedes, en la muestra Traslaciones II, que establece como base de investigación la costura, transmitiendo distintas etapas de creación, donde los patrones, texturas y colores fueron los objetos de estudio en cada pieza que conforman la muestra.
Isabel Cisneros es, como persona y como artista plástico, muy inquieta. No le gusta estar sin mover las manos. Es acumuladora de cuanto objeto se le presenta en cantidades suficientes. En su taller se la pasa ordenando y reordenando, y en ese movimiento se le van ocurriendo cosas. Arma y desarma sin piedad, no importa cuánto tiempo haya invertido si siente que no es lo que espera.
Actualmente, la artista plástico está exponiendo parte de su obra en Beatriz Gil Galerías, en Las Mercedes, en la muestra Traslaciones II, que se podrá disfrutar hasta mediados de abril.
La exposición establece como base de investigación la costura, transmitiendo distintas etapas de creación, donde los patrones, texturas y colores fueron los objetos de estudio en cada pieza que conforman la muestra. De esta manera Cisneros nos pasea con su memoria inmediata de su abuela cortando y cosiendo.
Atrapada en el papel de los patrones
Mientras que los textiles y las telas han existido durante milenios, las artes textiles han despertado interés y experimentado un resurgimiento en el último siglo.
– ¿Cuándo comenzaste a experimentar con el arte textil? ¿Qué otros medios has usado como artista?
– Me considero un artista textil porque, a lo largo de toda mi carrera, la investigación que ha sido más constante y la inquietud que todavía se mantiene firme es todo lo relacionado a las técnicas de los entramados, los diferentes tipos de tejidos, diversos tipos de bordado y el diseño de vestimenta.
Comencé a trabajar con arcilla, que es un material muy dulce y muy flexible cuando lo trabajas, y luego, gracias al fuego, se convierte en algo muy sólido. Con el tiempo fui llegando a la conclusión de que ese resultado rígido no era lo que estaba buscando.
Empecé a trabajar piezas cerámicas pero muy pequeñas, con huecos que me permitían ensartarla como cuentas y gracias a esa articulación lograba una pieza flexible, dócil, adaptable a la superficie en la cual se coloca. Ahí comenzó la búsqueda de materiales y la indagación de sistemas de ensartado que me pudieran ser útiles para elaborar este tipo de piezas.
A partir de esa introducción, otros materiales, en mis piezas cerámicas, le pasó por encima al purismo que la cerámica conlleva (técnica, esmaltes preparados por mí, tipo de quemas) y le voy abriendo puertas a otras cosas, pero sobre todo las telas y los accesorios que provienen de la costura, como botones, cierres, hilos, ganchos. Y desde hace algunos años estoy atrapada en el papel, como se ve en Traslaciones.