Conocido como uno de los paisajistas más reconocidos de la pintura contemporánea venezolana, en esta oportunidad Pujol presenta 27 de sus trabajos más recientes, realizados en la isla de Mallorca. Se trata de pinturas realizadas en acrílico sobre lienzo de mediano y gran formato además de un conjunto de acuarelas sobre papel.
La muestra individual de Adrián Pujol, “nos enfrenta a un cuerpo inédito de trabajo que pareciera habitar en las antípodas de su pensamiento crítico.” indicó Ruth Auerbach curadora de la exposición en las salas 1 y 2 de los espacios de Beatriz Gil galería.
Para Auerbach, la muestra es el resultado de un reflexivo proceso de cambio y transformación: el trabajo se reorienta hacia una expresividad abstracta. Sin embargo, agrega, el aparente abandono a la representatividad y a todo vestigio figurativo no debe interpretarse como una negativa apresurada, pues estas telas acromáticas -negras y grises, develan un argumento analítico en el que subyace una otra idea de “paisaje”. Implica una “revolución”, una ruptura a partir de la exploración razonada de la noción de espacio, la disposición estructural y el desarrollo formal.
Pujol concibe la suite de acuarelas Na Foradada como resultado del reencuentro con el panorama natal, en ellas las pinceladas y transparencias se van espaciando hasta alcanzar la atomización del paisaje estructurado. Esta desarticulación de la imagen “lo lleva a crear una serie de pinturas que instauran el quiebre más trascendente de su producción. De raíz, excluye el color y libera la estructura compositiva…”.
De acuerdo a la curadora, el artista “transmuta la estructura reticular subyacente del cuadro en una suerte de isomorfismo -una misma estructura que configura la forma de un modo distinto- para revelar su naturaleza esencial. Las líneas blancas intervienen anárquicas el fondo negro y nos reintegran un dibujo en negativo en el que se deslastra lo innecesario.” En ellas todo es figura, todo es abstracción, todo es paisaje. Espacio Marconi, San Miguel, La Espera o Kill Bill, son pinturas cuyo razonamiento sensual emplaza el ámbito geográfico y así también la diáspora interna del creador...