Clemencia Labin Venezuela, 1946
Clemencia pinta pero no con el tradicional óleo sino con diverso materiales, menos sublimes, del que hacer diario, que le permite lograr hacer maravillosas composiciones de diversos textura y colores.
Clemencia Labin es pintora y artista de performance. 1946 nace en Maracaibo, Venezuela donde reside hasta 1970 cuando se traslada a Nueva York a realizar sus estudios en Columbia University. 1972 recibe el Bachelor of Arts (B.A.) y en 1974 el Master en Business Administration (M.B.A.). 1975 se traslada a Alemania. De 1985 a 1990 realiza estudios en la HfbK o Academia de Arte de Hamburgo con los profesores Kai Sudeck, Franz E. Walther y Sigmar Polke. 2000 inicia y organiza el proyecto „Velada Santa Lucía“ en su ciudad natal Maracaibo, Venezuela. Trece años consecuti- vos de realizar la Velada, convierten al evento en un punto de referencia artística nacional e interna- cional. 2013 cierra el ciclo y termina el festival de arte con una Gran Velada Final y la participación de más de 400 creadores. 2011 representa a Venezuela en la 54. Bienal de Venecia.
Vive y trabaja en Hamburgo, Alemania.
Clemencia Labin is a visual and performance artist. She was born in Maracaibo, Venezuela in 1946. She grew up and went to school in Caracas before moving to New York in 1970 to attend College. In 1972 she obtained a Bachelor of Arts, and in 1974 a Master’s degree in Business Administration from Columbia University in New York. 1985 Labin then moved to Germany and attended the Hamburg Academy of Art until 1990, where she studied under Kai Sudeck, Franz Erhard Walther and Sigmar Polke. In 2000 she was instrumental in establishing an art festival in Maracaibo, Venezuela, called Velada Santa Lucía. The annual festival showing international and South American artists ran for 13 years until Labin completed the project in 2013. In 2011, Labin represented Venezuela at the 54th Venice Biennale.
She currently lives and works in Hamburg, Germany.
La extensa trayectoria artística de Clemencia Labin se construye sustancial-
mente sobre la práctica de una persistente exploración visual fundamentada
en la noción de lo pictórico; la suya, se centra en una vital experiencia
sensorial orientada a descubrir inéditas posibilidades de creación que desbordan
la naturaleza intrínseca del medio para desafiar un campo expandido
de la pintura el cual abarca también, la estructura del objeto escultórico,
la instalación, el performance y los cuadros vivos como estrategias de representación.
¿Desde qué complejo lugar -nos preguntamos- corresponde abordar el
argumento conceptual de esta propuesta? Esencialmente, como ella misma
lo afirma, su obra apela a una reinterpretación de la tradición eurocentrista
de la historia del arte a partir de referencias culturales propias vinculadas al
ámbito diferenciado de lo local. Nacida en Maracaibo (1946), la segunda
ciudad más poblada de Venezuela, cuya tórrida geografía caribeña y un inusitado desarrollo económico -alcanzado a partir de la explotación petrolera-, así
como la mezcla de costumbres y culturas heredadas de los pueblos indígenas,
europeos y americanos allí afincados, trajo como consecuencia profundas
transformaciones que aportaron y aquilataron un patrimonio cultural híbrido
y singular. Será la idea de ese Maracaibo moderno de los años 50, al cual
retorna frecuentemente, «el lugar» que se constituye en ese referente local
y la postal emblemática, –a veces nostálgica–, a partir de la cual se sustenta
buena parte de su creación contemporánea. A mediados de la década de los 80
–luego de vivir un período de tiempo en la ciudad de Nueva York–, se residencia
definitivamente en Alemania, donde se forma y desarrolla como artista
en la Academia de Bellas Artes de Hamburgo bajo la tutela de los maestros
Kai Sudeck, Franz Erhard Walther y Sigmar Polke. La urgencia por explorar
su fortuita condición diaspórica junto a una mirada distanciada de naturaleza
emigrante, serán precisamente las herramientas simbólicas que la han
impulsado a concebir significativos vínculos y proyectos relacionados con
las construcciones identitarias de la cultura visual que, desde perspectivas
diversas, –hay que decirlo– eluden los convencionalismos inmutables
relacionados con el mundo no occidental.
En ese sentido, recurrimos a las hipótesis sugeridas por el antropólogo Néstor
García Canclini en su libro Culturas Híbridas, cuando plantea que la «hibridiza-
ción», referida al encuentro entre mundos culturales distintos, intenta explicar
la diversidad actual y la ruptura de una visión antagónica y polarizada
en favor de una múltiple y cambiante. Tanto en la práctica del arte contempo-
ráneo como en su sociología, lo híbrido se reivindica acertadamente como
herramienta para crear propuestas propias. Y, en relación a lo específicamente
latinoamericano apunta que: «(...) la incertidumbre acerca del sentido y el valor
de la modernidad deriva no solo de lo que separa a naciones, etnias y clases,
sino de los cruces socioculturales en que lo tradicional y lo moderno se
mezclan.» García Canclini, 1992, 14
Percibirse «diferente» en cada lugar habitado, lejos de transfigurar un cuerpo
alegórico de aparente insularidad ha impulsado a muchos creadores a invocar
una poética de liberación. En la obra de Labin las cartografías vernaculares
se presentan filtradas por una particular subjetividad y sus relatos expositivos
aspiran a construir sistemas de representación abiertos que no pretenden la
reafirmación de «lo nacional». Por el contrario, recuperan un trozo de identidad
para fusionarlo a una multiplicidad de otros fragmentos de la experiencia,
de la memoria y el recuerdo, acumulados frente a lo heterogéneo y cultural
-mente diferente. En esa acción se redimen también las pérdidas y se enriquece
la mirada en un intento por reunir culturas y desafiar las extranjerías.
Sueños infantiles, remembranzas familiares, extrañamiento, costumbres
y tradiciones religiosas son reelaborados introspectivamente por Labin en un
desdoblamiento que traspasa los bordes de la realidad y la ficción y que,
con cierta ironía y sentido del humor, son puestos al servicio del relato y de una
práctica que superpone narrativas individuales y colectivas. Retar los artificios
estereotipados de esa memoria recuperada, aquella que ahora se adapta
y entreteje universos diversos exóticos o singulares, le permiten —aún sintién
-dose extranjera, tanto en su lugar de origen como en el que la asumió como
ciudadana—, reivindicar el elemento subjetivo y repensar el dilema, fracturan
-do la esencia de un paradigma identitario. De allí que su proyecto de arte, más
que una representación formal, deviene en la deconstrucción de una
experiencia vivida.
En los actuales procesos de ruptura, la conciencia de lo híbrido y lo transdisciplinario originan áreas de coexistencia, encuentros y conexiones entre
diferentes registros, tanto en lo que se refiere a las técnicas contemporáneas
de producción artística como a las tradicionales. Ambos conceptos propician
préstamos, apropiaciones, contaminaciones y cruzamientos entre los
procedimientos y las metodologías de creación, cuestionando los rígidos
dog- mas de una modernidad racional y estructurada, plenamente formalista.
En los albores de su práctica artística, Labin se interesa en redimensionar
las claves del expresionismo abstracto y las del Pop Art norteamericanos, al
tiempo que recurre al vigoroso cromatismo de las diferentes corrientes
expresionistas alemanas. En un ejercicio por reinterpretar —a partir de una
consciente asimilación crítica—, los postulados geométricos y abstractos
de las di- versas vanguardias europeas, su obra se distancia de los formatos
convencionales para iniciar un dilatado y consecuente proceso en el cual
las pinturas comienzan a segmentarse en pequeñas piezas cuadrangulares,
reordenándose en un desarrollo autónomo, aunque estructurado sobre el muro
intervenido, como lo evidencian las series iniciales Confeti y Pasta Dominical.
Es a partir del nuevo milenio cuando se emancipa de los rígidos límites
del marco para configurar un inusitado universo de pinturas y volúmenes
autónomos o agrupados en constelaciones independientes. En estas propues-
tas se reconcilian las estrategias formales del espacio representativo en
una experiencia sensible, exótica, cromática y maximalista formulada, no solo
a partir de los recursos de la tradición absorbida, también mediante el uso
de materiales extra pictóricos tales como telas, tejidos, hilos y texturas
artificiales que operan desde entonces como elementos sucedáneos, sustitu-
tos de la pintura. Ya las Cassatas anticipaban formas más concretas y orgánicas
participando, simultáneamente, de un desprendimiento progresivo de las
superficies habituales. A partir de esta exploración su propuesta se consolida
en un lenguaje estético pleno y desbordado, arraigado en una memoria
emocional distante y en la proliferación de iconografías recuperadas de la
exuberante sensibilidad caribeña y tropical. Para Labin la pintura se disuelve
así en una experiencia cotidiana y subjetiva que adquiere sentido en
la percepción de un caleidoscopio de imágenes retenidas en sus remotas
visiones vernáculas, fruto de una imaginación fantasiosa asociada al lugar de
la infancia, al juego, a los placeres golosos, a la soporífera siesta 40 grados
a la sombra; a la casona familiar; a la madre, las tías y abuelas; a las nodrizas y
cocineras goajiras. A la mezcla y al contraste inconmensurable de culturas.
Pulpa chic (2001-2016) su más amplio y ecléctico cuerpo de trabajo, realizado
hasta la actualidad, incorpora disímiles estrategias de producción y configura
un sistema diferenciado de formatos heterogéneos que traspasan indistinta-
mente las fronteras del espacio representado, pues en su desarrollo
redefinen «la tercera dimensión de la pintura». Objetos, esculturas y «cuadros»
se despliegan ahora en una serie de entidades mórbidas y esponjosas: super-
ficies acolchadas y tapizadas con retazos de las más insólitas y extravagantes
materias, texturas y tejidos flexibles, de gran plasticidad y ornamento. En
estas piezas, la pintura propiamente dicha -ahora monocroma- fluye libre sobre
la tela estampada y se infiltra en los intersticios de los volúmenes y masas
amorfas, en una acción que permite delinear y enfatizar sus contornos.
Suaves y maleables, estos cuerpos ensamblados revelan una sensualidad de
naturaleza femenina, fértil, cálida y fecunda; pero también, sus intrincadas
formas orgánicas sugieren la abstracción fantástica y apócrifa de un ecosis-
tema bizarro. Expresan en su conjunto la esencia y los atributos barroquizan-
tes, recargados, profusos, generosos, desordenados, excesivos y festivos:
reminiscencias evocadoras de una cultura nativa. Estructuras híbridas, alzadas,
suspendidas o en reposo, –columnas, piñatas, truncas, tocados y vestiduras–,
representan una alegoría suculenta, pulposa y voluptuosa que opera no solo
en su capacidad de renovación creativa sino también dialoga en resonancia
con la interpretación visual de su universo.
Ciertamente, la reapropiación de la feminidad como argumento temático
y el tratamiento del color como herramienta y estrategia formal subrayan dos
aspectos o premisas fundamentales para abordar la particularidad que se
desprende de estos trabajos. En ellos, no se cuestiona el rol de «lo femeni-
no» entendido como discurso crítico y esencialista sobre el género en términos
de dicotomía. Todo lo contrario, Labin lo sugiere como una sensibilidad
específica tanto en su vasta imaginería como en las formas utilizadas, aso-
ciadas a la experiencia personal. Es por ello que las nociones de las diversas
artesanías, la moda y el estilismo, el grafismo y el diseño no resultan exentas a
sus intereses y se presentan implícitas en el objeto artístico. Al reconciliar
las estrategias formales del discurso pictórico, lo femenino en su obra
se relaciona entonces con las geografías y con los tiempos; la identidad, la
otredad y la diferencia; el subconsciente, el cuerpo, la iconografía, la historia
del arte y la estética de la cultura. Asimismo, el color se centra como el
elemento formal mas destacado en toda su propuesta. Labin construye las
formas con el color y partir de sus cualidades expresivas experimenta
las representaciones abstractas y orgánicas por igual, expandiendo a su paso
innovadoras y desafiantes experiencias sensoriales. Lejos de emplearlo como
la idea moderna fundamentada en una teoría o metodología fenomenológica
lo manipula libremente para crear asociaciones, tensiones y relaciones
en resonancia con la memoria. Su inusitado repertorio cromático transita
entre una gama recargada de matices mixturados, algunos ácidos, brillantes y
saturados, otros tenues y apastelados, configurando así un sistema propio que
estructura los elementos aislados y materializa las sensaciones.
El enunciado pictórico, –pues debemos entender a Clemencia Labin esencia–
mente como pintora-, se prolonga hacia sus performances y «cuadros vivos».
En ambos casos reelabora un vocabulario visual ya explorado en su indagación
plástica, incorporando incluso sus propias obras en la acción. En otras
presentaciones se acentúan aquellos elementos vinculados con lo religioso
y sincrético de las culturas populares, desarrollados como pre (texto) para
exaltar los atributos iconográficos que remiten a lo festivo y las costumbres
patrimoniales de su lugar de origen. Así, las diversas advocaciones marianas,
por ejemplo, y en particular la Santa Lucía serán representaciones que
le permitirán concebir un itinerario de acciones dramatizadas e irreverentes.
El «cuadro vivo» –como mecanismo performático y donde la artista interviene
como figura central—, transcribe la representación figurada de Purísimas,
Islas o Rosas Guerreras en la cual el componente kitsch enfrentado a fondos
inmaculados, por con- traste, hacen la conexión deseada.
- Ruth Auerbach
-
Express
10 artistas participantes 25 Agosto - 20 Octubre 2024Colectiva Express bajo la curaduría y museografía de Jose Luis García. Una propuesta con 10 artistas venezolanos que nos han acompañado durante los 20 años de Beatriz Gil Galería.Leer más -
Coralino
Clemencia Labin 8 Marzo - 20 Septiembre 2020Curaduría: Ruth Auerbach Secuencia de imágenes de una gran masa coral que se enrosca y se despliega al ritmo del mar Caribe. Retrato y analogía de lo femenino que ensaya su condición de flujo, sensualidad y fuerza generativa. Cuerpo que reconstruye su origen caribeño a través de diversas estrategias del...Leer más -
El mañana no existe
7 artistas participantes 14 Octubre 2018 - 19 Marzo 2019Colectiva de 7 artistas mujeres contemporáneas: Corina Briceño, Marylee Coll, Dulce Gómez, Jeanne Jiménez, Clemencia Labin, Mariángeles Soto-Díaz y Lorena González InnecoLeer más -
Bizarra
Clemencia Labin 12 Noviembre 2017 - 25 Febrero 2018Exposición individual de Clemencia Labin. Pinta con diversos materiales del que hacer diario que le permite lograr maravillosas composiciones de diversos textura y colores.Leer más
-
PICAR LA TORTA de Manuela Zárate y la muestra colectiva EXPRESS en Beatriz Gil Galería
Estilo - Revista culturalNota de prensa, Artículo, Agosto 24, 2024 -
La zuliana Clemencia Labín expone «Coralino» en galería de Caracas
El SumarioMaría Alejandra Guevara, Artículo, Marzo 10, 2020 -
Pinturas de siete artistas contemporáneas dialogan sobre la imagen actual en Beatriz Gil Galería
Diario Contraste NoticiasDiario Contraste, Artículo, Octubre 18, 2018 -
El mañana no existe
Arte InformadoArte Informado, Artículo, Octubre 10, 2018 -
Clemencia Labin exhibe su universo artístico
Pal' toqueAbner Roa, Artículo, Noviembre 17, 2017 -
El arte reinterpreta lo orgánico
El universalCatherine Medina Marys, Artículo, Noviembre 8, 2017 -
¡CREATIVA PROPUESTA! Clemencia Labin exhibe su «Aniversario Artístico»
Noticia al minutoRedacción NAM, Reseña, Noviembre 8, 2017