Corina Briceño

La vegetación es un profundo espacio no descriptible, no memorizable, no existe el tiempo en estos lugares.
Mi idea es llevar a piedra toda esta cultura ancestral.

Toda vida, piedra vida, vida piedra, tiempo piedra, piedra memoria.

Con una amplia trayectoria artística de más de cinco décadas, Corina es una creadora que destaca por el planteamiento constante de nuevas investigaciones en torno a la imagen. Ha explorado múltiples formatos y diversas prácticas desde mediados de los años 70. Trabajando desde el dibujo y la pintura, perturbando a la figura humana con la saturación del paisaje contemporáneo, para luego, tratando de plasmar sus extensos viajes en el Amazonas, en la década de los 90 comienza a experimentar con la obra gráfica, lo que ha sido parte de su trayectoria hasta nuestros días. A ese trabajo le ha sumado experiencias con la fotografía y el video, con los que experimenta con la luz y el sonido tratando el desvanecimiento citadino, la fragilidad de la historia y la vulnerabilidad de lo humano.

With an extensive artistic career spanning more than five decades, Corina is a creator who stands out for her constant approach to new research on the image. She has explored multiple formats and diverse practices since the mid 70s. Working from drawing and painting, disturbing the human figure with the saturation of the contemporary landscape, and then, trying to capture her travels in the Amazon, in the 90's she began to experiment with graphic work, which has been part of her trajectory until today. To this work he has added experiences with photography and video, with which he experiments with light and sound, dealing with the fading of the city, the fragility of history and the vulnerability of the human.

Nace en Caracas, Venezuela, 1943. Vive y trabaja en Caracas.

Con una amplia trayectoria artística de más de cinco décadas, Corina Briceño es una creadora que destaca por el planteamiento constante de nuevas investigaciones en torno a la imagen. Ha explorado múltiples formatos y diversas prácticas de relaboración de la materia, trabajando desde una reconocida trayectoria cuyos inicios se remontan a mediados de los años setenta mediante un interés particular en la práctica y la docencia de las técnicas gráficas, la pintura y el dibujo. En su temprana juventud recibió clases de dibujo con Pedro Centeno Vallenilla y estudió en la Escuela Cristóbal Rojas, donde realizó estudios libres y de Expresión Plástica. En la Universidad Simón Bolívar completó varios cursos de diseño gráfico, pintura y fotografía. Es graduada de la primera promoción del centro de Artes Gráficas CEGRA en 1979 y es Licenciada en Artes, Mención Gráfica del UNEARTES. En el área de la gráfica también realizó talleres en Baltimore, USA; y en el área de la investigación completó hacia 1999, los cursos de ampliación, nivel postgrado de Investigación en las Artes Plásticas y la Maestría Práctica y crítica de los sistemas de representación visual contemporáneos en UNEARTES. También fue profesora de esta universidad en la especialidad Gráfica hasta su jubilación en el 2017. Fue con-fundadora del Taller Huella en 1980, institución de la que es directora en la actualidad, focalizada en el desarrollo de las artes gráficas.

En todas sus propuestas artísticas Briceño se ha convertido en una traductora incansable de la imagen contemporánea. A mediados de la década de los setenta trabajó la pintura al óleo, perturbando a la figura humana con la saturación del paisaje contemporáneo. En la década de los ochenta inicia una etapa más existencialista, con superposición de planos y apariencias. En los años noventa inicia luego de varias experiencias de inmersión en el Amazonas, lo que ha sido parte de su trayectoria hasta nuestros días, traspasos de un códice a través del dibujo y la pintura, profundizando en las trampas de la perspectiva y los matices para finalmente reconstruir los fragmentos de una apariencia voluble que penetra silenciosa en el soporte. Al trabajo con la obra gráfica ha sumado experiencias con la fotografía y el video, medios con los que dilata las posibilidades de esos artificios discursivos y entreteje los desplazamientos efímeros de la luz y el sonido, hilvanando espacios visuales mixtos donde los vericuetos del desvanecimiento citadino, la fragilidad de la historia y la vulnerabilidad de lo humano, surgen como manifestación de la ausencia, entelequia que se enrosca tras la evaporación de la propia estampa para nombrar aquello que no existe.

Desde 1973 ha participado en numerosas muestras colectivas y ha realizado más de 20 individuales en ciudades como Caracas, Mérida, Nueva York, Miami, La Habana, Madrid y Baltimore, entre otras. Ha recibido alrededor de 15 premios y reconocimientos entre los que destacan: Premio de dibujo Emilio Boggio, XXXVI Salón Arturo Michelena (1978); Mención Especial, Gran Premio Christian Dior, pintura, Galería Euroamericana, Caracas, (1987); Primer Premio, VI Bienal TAGA (1990); Gran Premio de Gráfica, 1°Bienal de Artes Visuales de Barquisimeto, Venezuela, (1992); Primer Premio de la XI Bienal de Grabado de San Juan de Puerto Rico (1995); Primer lugar, Premio Salón Exxon Mobil, 2003, GAN, Caracas; Premio AICA, capítulo Venezuela (2010) en el 65 Salón Michelena y el Premio AICA Artista Consagrada, capítulo Venezuela (2021). Su obra se encuentra representada en instituciones de renombre como el Museo de Bellas Artes de Caracas, la Galería de Arte Nacional de Caracas, el Museo Alejandro Otero de Caracas, la Fundación Polar, el Museo de la Estampa de México, la Casa de Las Américas en La Habana, Cuba; y en colecciones bancarias como la Colección Mercantil, la Colección Banesco, la Colección Banco Central de Venezuela y la Colección del Banco Mundial en la ciudad de Washington, entre otras.

-Lorena González Inneco